27 marzo 2007

Fragmento de "Que tire el primer libro el que este libre de lectura"

por Patricia Garfias (29 de enero de 2007 )

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Un coordinador de la nueva época. (Al puro estilo New age)

Dice Heriberto Yépez en su libro, "Todo es otro, a la caza del lenguaje en tiempos de la era light", que “el libro es por decreto publicitario, el único medio masivo en vías de extinción”. Ante semejante aseveración nos cuestionamos acerca de la probabilidad de que esto en verdad pueda llegar a ocurrir mientras terminamos de revisar la bandeja de nuestro correo electrónico y después de haber consultado las noticias en línea, y haber recibido nuestro Orozco personalizado y el poema de la semana en la bandeja de entrada.

A pesar de lo que se vislumbra como la penosa desaparición del libro ante sus rivales electrónicos (cada vez más al alcance de todos) el mismo Yépez menciona, “Lo que la civilización occidental entiende por libro (la encuadernación cuadrilátera de papel con escritura fonética) es apenas un paso en el milenario proceso de desenvolvimiento del libro eterno”. Llegado a este punto debemos traer a la memoria algunos apartados que se encuentran en nuestro manual del Programa Salas de Lectura, para la formación de coordinadores de Salas de Lectura, donde se nos explica que el concepto de la palabra lectura es mucho más amplio de la simple acción de ver y dar un significado a la escritura que se encuentra en el papel. En el acto lector podemos colocar acciones como “leer las nubes que nos hablan del viento y su velocidad”.

De esta misma forma Yépez nos menciona diferentes concepciones del libro tanto propias como ajenas pero igual de reveladoras. Como es el caso del filósofo Horst Matthai quien considerando al hombre como una obra que él mismo redacta y desbarata en una existencia equivalente a una autoría espiritual lo llama "El libro que somos".

Finalmente Yépez define como libro absoluto al mismo universo donde en todos los seres puede leerse el contenido de todos los otros libros.

De todo lo anterior podemos concluir que si bien muchos teóricos del lenguaje han augurado la desaparición del libro como lo conocemos (asunto que en lo personal me parece poco probable) la actividad lectora no sufrirá ninguna baja puesto que la acción de leer no consiste en algo tan simple como pasar la mirada en un par de palabras y entenderlas, uno lee con las manos, con el olfato, con el tacto, hasta podría decir que uno lee por y con el instinto y por lo tanto los coordinadores de Salas de Lectura deben estar concientes de todas estas posibilidades lectoras que se nos presentan como la alternativa ante una posible y eventual caída del imperio del papel impreso.

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Origen: http://www.lacoctelera.com/letrasnuevas/post/2007/01/29/que-tire-primer-libro-que-este-libre-lectura

Breve comentario sobre Matthai

por Lorena Mancilla (19 de enero de 2005).

Horst Matthai abogaba por la revalorización del ethos latinoamericano, al que consideraba como verdadera ´reserva espiritual de la humanidad´, una alternativa para la evolucion de la humanidad ante la decadencia de los occidentales. Un valor que nuestros grandes tratadistas de ética no han sabido elogiar.

Los anglosajones, insensatos, dicen que el mexicano no progresa porque es muy flojo, porque no desperdicia su vida como ellos. Los nuevos discursos empresariales quieren hacer del mexicano un trabajador japonés o anglosajón, pero que siga igual de pobre. Trabajar como japonés para vivir como chilango.

La cita pasó por un par de manos hasta llegar aqui, el autor es uno al que hace mucho que no veo.

Origen: http://lorenamancilla.blogspot.com/2005_01_01_archive.html

26 marzo 2007

Esbozo biográfíco de Horst Matthai Quelle en la Wikipedia

por varios autores, documento GNU/GFDL (2006-2007).

Horst Matthai Quelle (Hanóver, Baja Sajonia, Alemania, 1912 - Tijuana, Baja California, México, 1999), filósofo alemán en lengua española. En ocasiones se le vincula erróneamente con la corriente intelectual del infrarrealismo.

Biografía

Nace en la ciudad de Hanóver el 30 de enero de 1912. No hay constancia de que durante su juventud en Alemania iniciara estudios universitarios.

En la década de 1930, ante la crisis económica alemana y el ascenso del nazismo y el fascismo en Europa, se instala en México, donde trabajará eventualmente en el comercio de productos químicos y agropecuarios (avicultura), empezando a estudiar la carrera de Filosofía, tras interesarse también por la de Psicología, en la Universidad Nacional Autónoma de México, donde compartirá clases con el escritor Carlos Monsiváis y los filósofos Leopoldo Zea y Emilio Uranga.

En la UNAM aprobó sus estudios de licenciatura, maestría y doctorado en filosofía. Realizó estudios de sánscrito en el Colegio de México, ostentando el grado de magisterio en educación otorgado por la Brigham Young University.

Se separa de su primera mujer en la década de los sesenta. Trabajó para el Instituto Nacional Indigenista, en la Sierra de Puebla. En los ochenta se instala en la ciudad de Tijuana y se casa de nuevo. Impartió clases de filosofía en la UNAM, en el Cetys de Tijuana, en la Universidad Iberoamericana, plantel Noroeste (Tijuana) y desde 1986 en la Escuela de Humanidades de la Universidad Autónoma de Baja California.

Influido por Hegel, Max Stirner, Nietzsche y Heidegger parte de sus ideas abordan aspectos del solipsismo y el anarquismo. Su pensamiento busca ser una fundamentación hermenéutica del "retorno a la metafísica", basada en la retraducción y reinterpretación de los presocráticos y Hegel, a quien estaría dedicado uno de los volúmenes de su Serie "Pensar y Ser", de la cual alcanzó a terminar cuatro volúmenes, a los cuales planeaba agregar "Los infinitos mundos de Anaxágoras", "Los atomistas de Abdera" y su estudio sobre Hegel, del cual no se conoce (aún) título previsto. "Todos los pensamientos son verdaderos", editado en 2007, es una colección de apotegmas, recopilados por Heriberto Yépez, durante algunos de los seminarios de Matthai en la Universidad Autónoma de Baja California.

Muere en Tijuana, México el 27 de diciembre de 1999.

Filosofía

Su interpretación de los presocráticos, así como su propia teoría metafísica —los dos aspectos de su pensamiento— giran en torno al concepto de la "teoría de los infinitos mundos" que, según Matthai, fue desarrollada, en distintas versiones, por los filósofos presocráticos. La teoría de los infinitos mundos, fundamentalmente, explica que la realidad es producto de la conciencia y que cada conciencia individual constituye un "mundo" o "realidad". Su concepto de "individuo" es semejante al de "mónada" de Leibniz. A la imposibilidad de que un individuo se comunique con otro, Matthai le llama "no-mutualidad".

Esta metafísica solipsista es la base de su planteamiento anarquista. Recordando una idea de Rousseau, el contrato social fue instaurado para asegurar la sobrevivencia del individuo, pero una vez que la sociedad ha puesto en peligro la sobrevivencia del individuo, éste debe renunciar al contrato social.

Aunque las ideas de Matthai pueden resumirse en unas pocas líneas, sus obras ahondan en originales exégesis de los fragmentos de los presocráticos y otros pensadores. Es de notar también que debido a su convivencia con grupos indígenas, sus estudios y lecturas en la UNAM en plena efervescencia del renacimiento del pensamiento prehispánico, impulsado por investigadores-profesores de aquella época, hay una influencia de la cultura mexicana en su obra, como él mismo gustaba de afirmar.

Notas sobre su obra

Su pensamiento queda recogido principalmente en la serie "Pensar y ser", que se publicó cronológicamente en un orden distinto al de la estructura lógica inicialmente prevista por su autor, es por eso que aunque, por ejemplo, el libro "La teoría parmenídea del pensar" (dedicado a la filosofía de Parménides) es la cuarta parte de la serie, sin embargo, fue el primero en aparecer, en 1990.

Tres de los cuatro libros que Matthai publicó en vida se encuentran actualmente agotados, aunque se encuentran en vías de ser republicados. Matthai publicó decenas de artículos y ponencias en revistas universitarias. Una lista completa queda pendiente. Aunque algunos de esos textos fueron compilados en "Textos filosóficos (1989-1999)", otros siguen inéditos. La familia de Matthai y el editor Heriberto Yépez cuentan con la colección completa, entregada por el mismo Matthai algunos meses antes de su muerte.

Origen: http://es.wikipedia.org/wiki/Horst_Matthai_Quelle

Humanidades: Perspectivas y reflexiones

por Enrique Mendoza Hernández (23 de octubre de 2006).

Fundadores, ex directivos y pensadores discurren en torno a la fundación, desarrollo y evolución de la Escuela de Humanidades de la UABC en su XX Aniversario. Algunos argumentan lentitud y falta de liderazgo. Yépez: Es el momento justo de una transición.

¿Es concebible la realización plena del hombre sin Humanidades? La respuesta es obvia, sin embargo, la Universidad Autónoma de Baja California (UABC) vivió sin el estudio del espíritu y pensamiento del hombre durante sus primeros 29 años de vida, de 1957 a 1986. No obstante, la tenacidad del Profesor Rubén Vizcaíno Valencia cubrió ese vacío con talleres de Teatro, Fotografía y Poesía, principalmente.

A la par de alimentar al estudiantado cimarrón sin una Escuela formal, Vizcaíno luchó desde 1957 por la instauración de una Escuela de Filosofía y Letras. Después de distintos proyectos fallidos, en 1986 la obra tomó forma con la unidad académica de nombre Escuela de Humanidades.

Hoy, a 20 años de distancia, fundadores, ex funcionarios y pensadores diversos platican con ZETA con el objetivo de reflexionar acerca del papel que ha jugado la Escuela de Humanidades en este polo fronterizo. La preocupación común es académica.
Algunos fundadores como Víctor Soto Ferrel y René Gutiérrez, recurren a la memoria para rescatar parte del proceso de construcción del proyecto. Mientras tanto, Jorge Martínez Zepeda se enfoca en la evolución de Humanidades, resaltando la lentitud y falta de liderazgo en la Escuela.

Otro fundador, Rubén Gaillard, recuerda la forma en que la UABC se quiso deshacer de Vizcaíno. En tanto el ex Director Rogelio Arenas hace una cruda crítica hacia la Escuela, subrayando los males de la misma como producto del modelo vertical con que funciona la UABC.

Todos los entrevistados coinciden en la urgencia de los posgrados y avanzar hacia la Facultad. El filósofo Heriberto Yépez considera oportuna una transición.

El sueño de Vizcaíno

En la fundación de la Universidad Autónoma de Baja California en 1957, las autoridades gubernamentales increíblemente no contemplaron Filosofía y Letras como sí ha ocurrido en casi todas las universidades públicas del país. Como parte del colectivo fundador, Rubén Vizcaíno no encontró eco en su postura.

El que la UABC se fundara sin Filosofía y Letras, no fue impedimento para que Vizcaíno trabajara en pro del pensamiento cimarrón. A la par de insistir constantemente durante los años 60 y 70, el Profesor emprendía iniciativas para calmar la sed: El Taller de Poesía, Fotografía y Teatro llenaba la ausencia de una Escuela de Filosofía y Letras.

“Para él era una obsesión que transmitió a generaciones enteras… era una obsesión que de alguna manera suplía con talleres y actividades culturales”, recordó Víctor Soto.

La lucha fue constante. La insistencia del Profesor Rubén Vizcaíno quedó de manifiesto en una entrevista realizada por el Maestro Víctor Soto Ferrel en 1987.
“En 1977 por enésima vez, estuve en todas las ocasiones en que podía hacer oír mi voz, que hacía falta la creación de la Escuela de Filosofía y Letras, que figuraba entre aquellas que por ley deberían haberse creado en nuestra casa de estudios. Desde los tiempos del Rector, Ingeniero Luis López Moctezuma, contábamos con un proyecto que, a petición nuestra, había hecho el filósofo Miguel Bueno, amigo y compañero mío, sobre la creación de la Escuela de Filosofía y Letras. Sin embargo, ese proyecto no fue tomado en cuenta”, dijo a Soto Ferrel el Profesor Vizcaíno (David Piñera, “Historia de la Universidad Autónoma de Baja California”, 1997).

El proyecto formal lo realizó el Licenciado Jaime Alfonso Mendoza: “En 1977, en la Ciudad de México nos enteramos, a raíz de que René Gutiérrez trabajaba en la SEP, de la posibilidad de creación de este tipo de escuelas (de Humanidades) a nivel nacional. Ahí nos pusimos en contacto con el maestro Vizcaíno y se hizo el primer modelo de lo que sería el primer proyecto de lo que sería Literatura, Filosofía, Historia y Letras Inglesas, del Licenciado Jaime Alfonso Mendoza”, sostuvo Soto Ferrel.

Para ese entonces, quienes habían emigrado hacia otras universidades del país ya tenían una carrera humanística terminada desde aproximadamente 1976, entre ellos René Gutiérrez y Víctor Soto. Este último afirmó: “Todos nos ofrecimos a trasladarnos para Tijuana si se hacía y dejar lo que hubiera allá (en México, por ejemplo) para echar a andar el proyecto”.

Por fin fue aprobado por la SEP; sin embargo se topó con el rechazo de las autoridades universitarias. “El Rector Rubén Castro Bojórquez lo detuvo en 1979”, subrayó el Maestro Alfonso René Gutiérrez.

De esta forma, el proyecto tuvo que esperar por lo menos 4 años para discutir sobre su posible apertura. Así, a principios de 1983 con el Programa Cultural de los Fronteras, estando al frente de la SEP el Licenciado Jesús Reyes Heroles, Vizcaíno insistió:

“Entonces nos pidió a todos que hiciéramos cartas para entregárselas al señor secretario cuando vino a inaugurar el Programa Cultural de las Californias al CECUT, y fuimos todos y se las entregamos como si fuera Santa Claus nuestra cartita”, expuso Soto.

“Fue como echar una botella al mar a ver qué pasaba - complementó René Gutiérrez-, y resultó que meses después que nos llaman de la SEP, diciendo que esta solicitud había encontrado eco y que estaban dispuestos a apoyarlo, entonces se empezó a reestructurar el proyecto del 79”.

Aprobado en 1983, durante 1984 y 1985 vino la revisión del proyecto y la formación de los programas curriculares de las cuatro carreras; de esta manera, a decir del Maestro Alfonso René Gutiérrez, quienes participaron en los diseños de las carreras fueron: Licenciatura en Lengua y Literatura Hispanoamericana, el Maestro Alfonso René Gutiérrez, Maestro Víctor Soto Ferrel y la Doctora Lourdes Gavaldón; Licenciatura en Filosofía, el Maestro Horst Matthai y el Mtro. Luis Zorcín; Licenciatura en Historia, el Mtro. Rubén Gaillard, Dr. Jorge Martínez Zepeda y el Dr. David Piñera; mientras que en la Licenciatura en Lengua y Literatura Inglesas, la Maestra Ana Bertha Monge.

“El motor de este movimiento fue Rubén Vizcaíno”, subrayó Víctor Soto.
Con las reestructuraciones pertinentes, la Escuela de Humanidades fue fundada oficialmente el 26 de febrero de 1986, aunque el primer semestre de clases inició en agosto.

No obstante, Vizcaíno “estorbaba” desde mucho antes a las autoridades universitarias.

A Vizcaíno le pagaron con desprecio

A propósito de la forma en que las autoridades universitarias se quisieron deshacer de Rubén Vizcaíno cuando aún participaba en los distintos talleres antes de que se inaugurara Humanidades, siendo Rector el Licenciado Alfredo Buenrostro y mientras fungía como Directora de la Escuela de Humanidades la Licenciada María Dolores Sánchez Soler, el Maestro Rubén Gaillard evocó:

“Te voy a platicar una anécdota: Yo oí el momento en que (a Rubén Vizcaíno) le dijeron que ya se saliera, que le iban a dar su finiquito, que lo iban a jubilar.

“Y luego dijo: ‘Este hijo de la chingada -así dijo delante de todos... en Vicerrectoría-, me salió con sus bravuconadas de cantina’. Puso una raya (y dijo): ‘De aquí para atrás todos chinguen a su madre’. ‘Has de ser un bravucón de tu tierra sinaloense´, me dijo. ¿Yo por qué, cabrón? (preguntó Gaillard a Vizcaíno). `Pues hágase para este lado, pendejo´”, recordó Gaillard la respuesta del Profesor.

“Fue cuando Vizcaíno empezó a escribir las memorias. Le pagaron con el desprecio. A Zorcín todavía le hicieron creer que él iba a ser director y ya tenía su cuadro hecho. Y resulta: ‘¿Por qué se burlan de mí?´ (se preguntaba Zorcín) Pues porque la Universidad se burla de todos. Entonces el Secretario Académico y luego Secretario General era el actual Rector (Alejandro Mungaray Lagarda).

“Al Senador Gustavo Almaraz, el Rector Alfredo Buenrostro, muy amigo de él, le dio la (primera) dirección del nuevo plantel, sin ningún mérito; llegó muy jefe: ‘Usted me trae esto, Usted me trae lo otro’. La dirección la merecía el Doctor Zorcín, un hombre chinguetas, ya maduro en este tipo de escuelas. Yo no la agarraría”.

Contaminada de la política, al iniciar la Escuela de Humanidades, pronto perdió a personalidades clave como el propio Luis Zorcín, Rubén Gaillard y Jorge Martínez Zepeda.

La Escuela tenía para los primeros años de vida una serie de retos y dificultades, responsabilidades y compromisos.

Inician los retos de Humanidades

La Escuela de Humanidades inició actividades en 1986, en el Edificio de la Preparatoria Tijuana, ubicado entre las esquinas de Lerdo y Garibaldi de la colonia Juárez. De acuerdo con los registros del Departamento de Servicios Escolares de ese año, los alumnos de la primera generación del semestre 1986-2, sumaban 113, distribuidos de la siguiente manera: Licenciatura en Filosofía, 30; Licenciatura en Historia, 29; Licenciatura en Lengua y Literatura de Hispanoamérica, 31; Licenciatura en Lengua y Literatura Inglesas, 23.

Cuando en 1987 la Profesora Glery Cruz Coutiño se incorporó como Subdirectora Académica, la Licenciatura en Lengua y Literatura Inglesas estaba en dificultades por distintos motivos que no superaría y que fueron determinantes para su clausura:

“Era una carrera que bajó la matrícula porque los alumnos creían que eran clases de inglés; pero por otro lado, el profesorado era muy difícil de localizar… Y un tercer punto, era el plan de estudios con materias sumamente especializadas, lo cual provocaba dificultad en conseguir maestros. El cuarto motivo fue la ubicación geográfica, en la colonia Juárez, donde no había transporte, tan difícil el acceso como el descenso”.

El Maestro Alfonso René Gutiérrez expone que Lengua y Literatura Inglesas “no fue precisamente un fracaso”, más bien una cuestión circunstancial, por no poder echar mano de maestros profesionalmente capacitados para dar las clases. “Fracaso hubiera sido que se hubiera tenido todo eso y que no se hubiera sacado adelante, no se pudo cubrir la demanda docente de la carrera”.

En cambio, el éxito rotundo fue la creación de la Licenciatura en Comunicación, misma que empezó a impartirse en 1991 cuando era Directora la Maestra Glery Cruz.
Asimismo, después de las primeras generaciones y revisiones curriculares de 1990 y 1997, se podían hacer ya los cambios pertinentes.

Lentitud y falta de liderazgo

A decir del Maestro Jorge Martínez Zepeda, “ha sido muy lento el crecimiento. Imagínate que a los 10 años de estar funcionando se hubiera tenido una Maestría en Historia, ya se tendría una generación de doctores ahorita”.

– ¿Por qué considera que en 20 años no se han creado posgrados?

“Falta de liderazgo. No se puede explicar que en La Paz, donde hice mi Maestría en Historia Regional, tengan un Doctorado en Historia. Ellos tendrán entre 15 y 10 años, menos que nosotros, sin embargo, tienen la Licenciatura en Historia, Maestría en Historia Regional y tienen Doctorado”.

El Maestro Alfonso René Gutiérrez recordó que el plan original del Licenciado Jaime Alfonso Mendoza “incluía un Instituto de Investigaciones Humanísticas”, pero cuando se reestructuró en 1984 y 1985 “se quitó el Instituto y se dejó para el futuro”.
La idea fue retomada por algunos personajes como Horst Matthai, pero no rindió frutos. Incluso, cuando fue Director el Maestro Rogelio Arenas entre 1995 y 1999, el académico formuló varias propuestas:

“Yo insistí mucho sobre la posibilidad de ofertar un posgrado propio de la Escuela de Humanidades. Pero ni en un momento de inicio en que se planteó la posibilidad de un posgrado interdisciplinario que congregara a las distintas licenciaturas, ni al final se pudo tener respuesta de los funcionarios de alto nivel, Rectoría o directores generales.

“Siento que en mucho la apertura de posgrados, más que responder a legítimas necesidades y a intereses y propuestas de las propias unidades académicas, a veces vienen muy verticalmente desde arriba y es como penetran; no van de abajo hacia arriba, sino de arriba hacia abajo”.

Aun cuando la idea de un instituto de investigaciones ha estado presente desde el proyecto original aprobado en 1979 y en sus posteriores propuestas, el director actual, Gustavo Mendoza, las desconoció:

“No sé si existió en algún momento esta idea de un Instituto de Investigaciones en Ciencias Humanas o en Humanidades”, porque “ese instituto, como tal, no le corresponde a la Escuela de Humanidades, la función fundamental de la Escuela es la docencia”.

Sin embargo, reconoció que “es importante pensar en un posgrado multidisciplinario en el área de Ciencias Sociales y Humanidades”.

Lo cierto es que los entrevistados adjetivaron como “urgente” avanzar hacia la Facultad:

“Avanzar hacia posgrado es uno de los planes más urgentes”, postuló Alfonso René Gutiérrez.

El problema es que la base humana no está en su mejor momento, es decir, la planta docente destaca porque la mayoría de los maestros son de asignatura y también sólo unos cuantos tienen posgrado.

Asuntos pendientes

Uno de los pendientes más importantes y urgentes, es aumentar la planta de profesores de tiempo completo, con posgrado, así como aumentar el acervo bibliográfico.

Actualmente, en este semestre 2006-2, la población total de Humanidades asciende a 793 alumnos. Éstos deben ser asesorados por 25 profesores de tiempo completo. Es decir, 31 alumnos por cada maestro de tiempo completo.

“Si seguimos la regla de que por cada 20 alumnos hay un tiempo completo, entonces deben abrir más tiempos completos”, comentó el filósofo Felipe Lee en diciembre de 2005, cuando arreciaron los problemas en la Licenciatura en Filosofía. Por cierto, más ilustrativo resulta en la actualidad, ya que la matrícula actual de la Licenciatura en Filosofía es de 85 alumnos y sólo hay dos profesores de tiempo completo, según datos proporcionados por la dirección.

En general, para atender la matrícula total se cuenta con 25 profesores de tiempo completo y 51 de asignatura. “Los medios tiempos, maestros de asignatura, no tienen tiempo de leer, de investigar; algunos profesores de historia probablemente ni siquiera conozcan el instituto; aquí existe un acervo bibliográfico y documental único, no hay otro acervo mejor en toda la Península que el del Instituto de Investigaciones Históricas, lo digo por 30 años de experiencia”, advirtió el Maestro Jorge Martínez Zepeda.

El problema es más grave cuando el maestro de asignatura se planta como modelo a seguir por parte del alumnado. Así lo plantea Heriberto Yépez cuando afirma que “la Escuela de Humanidades se encuentra estancada en la transformación de sus catedráticos en autores, ya sea a través de la investigación académica o en las ramas de creación teórica o literaria. He notado que la ausencia de claridad en el perfil de los catedráticos se convierte en el modelo incierto que siguen los estudiantes”.

– Además de la plantilla laboral, ¿cuáles serán otros de los puntos más necesarios para abordar?, se le preguntó al filósofo.

“El problema básico al que yo me enfrento con mis estudiantes es la falta de bibliografía. En la biblioteca universitaria y en las librerías locales. Es un círculo vicioso. En las universidades no estamos formando lectores reales -el grado Xerox de las licenciaturas-, y por otra parte, existe muy precariamente una oferta de variedad de títulos humanísticos en el norte del país.

“Una biblioteca realmente nutrida es urgente y más investigadores y autores de diferentes perfiles. Incluso si tenemos posgrados, a falta de creación conceptual propia, podríamos convertirnos en puros consumidores de obras, investigaciones e ideas de otros. (Y, por cierto, consumidores Xerox). Lo relevante para una región es estimular la formación de sus propios creadores, de creadores originales”.

75 pesos quincenales para material didáctico

Ciertamente, ser maestro en una Universidad no es el mejor negocio. No es un problema privativo de Humanidades o de la UABC, es a nivel nacional.

“La UABC es una de las instituciones más pichicateras en términos de estimular a su personal académico, se estimula a los medios, de mando medio y superior, pero no se estimula el trabajo de los profesores”, pronunció Rogelio Arenas.

“El salario es muy escuálido, es una de las instituciones que más mal paga en el ámbito de universidades en el Estado. La UABC sacrifica mucho a sus docentes en términos salariales”, agregó el ex director.

Por su parte, Yépez también lamentó los raquíticos sueldos de los profesores:
“Es triste ver que la sociedad mexicana, especialmente la norteña, tiene un profundo desprecio por el trabajo de los profesores universitarios, que ganamos una miseria. Todos nosotros trabajamos porque creemos en lo que hacemos. Y el sueldo que se le paga al maestro universitario, es una ofensa gravísima. Qué feo e incómodo hablar de esto, pero esta es la verdad. Estamos vergonzosamente mal pagados”.

Cabe recordar que un profesor de asignatura gana 90 pesos por hora. Lo curioso es que cada 15 días obtiene un bono de 75 pesos para comprar material didáctico para todas las clases que impartirá durante toda la quincena.

“¿Qué tanto recurso didáctico tiene un maestro de asignatura? No los cuestiono, pero de pronto lo económico tiene mucho qué ver en cómo vayas a enseñar”, coincidió el Maestro Jorge Martínez.

La postura de la Doctora Lourdes Gavaldón, es que la situación económica del profesor no es tan mala:

“La UABC paga mucho mejor, no tan sólo por la hora pizarrón, sino que las universidades privadas en general son por asignatura, no existen los conceptos de tiempos completos y de definitividad. En la UABC hay retiro, jubilación, fondo de pensiones, aguinaldos”.

Lo que sí es cierto, es que en los salones de clase da pena ajena ver a un maestro con un marcador que lo exprime hasta la última decolorada palabra en el pizarrón. Es común esta escena, mientras las miradas de los alumnos se entrecruzan, desconcertadas.

Protagonismo y expectativas

De la Escuela de Humanidades han egresado mil 318 profesionistas. Es grato saber que una gran parte se ha incorporado al mercado. Actualmente ocupan importantes puestos tanto en el sector público como privado; son los egresados cimarrones los que sobresalen en los distintos medios de comunicación, en el sector docente también, aunque es importante reconocer que muchos no han logrado ubicarse.

“El éxito que socialmente ha tenido la Escuela en términos de sus egresados va más allá de las propias expectativas que la propia institución ha podido ofrecer”, acotó Rogelio Arenas.

“Pero debemos estar orgullosos de nuestra Escuela. Ya ha hecho aportaciones relevantes. Como la teoría de Horst Matthai, cuyos libros, precisamente, este año comenzarán a ser reeditados a nivel nacional. Hugo Salcedo, (Humberto) Félix Berumen, Víctor Soto y otros son investigadores y autores que han aportado horizontes importantes en sus disciplinas, además de formar a las nuevas generaciones”, observó Heriberto Yépez.

– De acuerdo con las características, condiciones y argumentos actuales de la Escuela de Humanidades, ¿cómo visualizas la evolución de la Escuela de Humanidades a largo plazo?, se le cuestionó al ensayista.

“Una escuela o facultad raramente forma a los creadores de una región. Su función es otra: formar investigadores, críticos, lectores especializados, además de profesionistas en tales disciplinas. A largo plazo, Humanidades se enfocará en la excelencia académica. Si existiera una visión más amplia, podríamos convertirnos auténticamente en una escuela fronteriza, especializada en el pensamiento contemporáneo, aprovechando nuestras circunstancias geográfica, que podríamos convertir en un instrumento crítico de las formas de pensar en México y Estados Unidos, de las cuales el pensamiento regional es hijo indirecto”.

Por último, a decir del Director Gustavo Mendoza, Humanidades “se encuentra en un estado de consolidación”. Por otro lado, Yépez considera que la Escuela “se encuentra en el momento justo para hacer una transición”.

Entonces, que estos 20 años sirvan para reflexionar y valorar lo difícil que resultó a lo largo de 30 años fundar la Escuela de Humanidades, de la mano, obviamente, del Profesor Rubén Vizcaíno Valencia. Que sirvan también para cuestionarnos que si por el solo hecho de contar con infraestructura (que no se le envidia a ninguna universidad), la Escuela puede considerarse una de las mejores del país. Que sirvan, además, para atender los asuntos relativos a la funcionalidad académica por encima de la infraestructura. Y que en este XX Aniversario se puedan reconocer los logros y combatir las debilidades, atender los pendientes más urgentes y crear una visión de largo plazo.

Origen: http://enriquemendozahernandez.blogspot.com/2006/10/humanidades-perspectivas-y-reflexiones.html

Reeditan la obra de Horst Matthai

por Enrique Mendoza Hernández (23 de octubre 2006).

El legado del filósofo de origen alemán radicado en Tijuana volverá a publicarse, gracias al sello editorial Verdehalago.

Ante la locura hitleriana, salió huyendo de Alemania. México y la UNAM le abrieron las puertas al estudiante teutón, y en 1982 descubrió un territorio virgen para el pensamiento filosófico: Tijuana. Fue así como el pensador germano se convirtió en el filósofo pionero en el desierto fértil. Porque además de discurrir como catedrático en la Escuela de Humanidades de la UABC de 1986 a 1999, Horst Mattai dejó plasmado su anarquismo metafísico en sus obras de corte presocrático.

Tradicionalmente se ha predicado en las preparatorias y universidades que la cumbre del pensamiento griego fueron Sócrates, Platón y Aristóteles. En el papel de anarquista en extinción, el nativo de Hannover no dudó en desafiar a la historia y volvió su obra hacia los “filósofos menores”: Tales de Mileto, Parménides, Heráclito y demás observadores del caos y la physis. De ahí que sus obras publicadas por la UABC tomaran forma: “La Teoría Parmenídea del Pensar” (1990), “La Escuela de Mileto” (1994), “Ensayo de una Fenomenología Metafísica” (1995) y “Heráclito, el Obscuro” (1997).

Ahora que Verdehalago espera luz verde para la reedición nacional de la obra del pensador europeo, es un buen pretexto para voltear hacia la producción de Matthai.
Pero ¿en qué consisten las tesis presocráticas de Horst Matthai plasmadas en su obra? ¿Cuál es el interés de dedicarse a la “filosofía griega arcaica”? ¿En qué consistió su proyecto “Pensar y Ser”, del cual eran parte sus publicaciones? ¿Cuál es la aportación de Matthai no sólo a la UABC, sino a la filosofía en sí? Para tratar de descifrar la importancia de esta oscura filosofía, ZETA conversó con Heriberto Yépez y Felipe Lee Vera, catedráticos de la Escuela de Humanidades de la Universidad Autónoma de Baja California.

EL DESAFÍO PRESOCRÁTICO

La obra escrita de Matthai bajo el sello cimarrón, se resume en los cuatro volúmenes mencionados, publicados entre 1990 y 1997. Sobre “La Teoría Parmenídea del Pensar” de 1990, Heriberto Yépez comentó que “se trata de una interpretación sobre el poema de Parménides… Matthai indaga qué pensó este griego, cómo explicaba la aparición de lo real y qué hay debajo del mundo vuelto imagen, vuelto objeto, vuelto espacio y temporalidad”. El segundo libro de Matthai, “La Escuela de Mileto”, de 1994, es “una obra que se ocupa de descifrar el significado de las ideas de los llamados Siete Sabios (Bias, Cléobulo, Sólon de Atenas, el espartano Quilón, Tales de Mileto, Periandro y Pitaco) y a Anaximandro y Anaxímenes, de Mileto, y a otros pensadores como Protágoras”, ilustró el ensayista.

“Matthai era un exégeta de la antigua Grecia. ¿Qué querían decir estos pensadores por `voluntad´, `medida´, `mundo´? ¿Qué es el `Tiempo Primordial´? Esta es una de las grandes preguntas de Matthai”, agregó.

La tercera publicación, “Ensayo de una Fenomenología Metafísica”, de 1995, “es la base de su obra. Es un libro abstracto, en forma de diálogo, decía él, `para facilitarlo´, pero, obviamente, es su obra más difícil”.

Yépez afirmó que a diferencia de las anteriores publicaciones de corte interpretativo, “Ensayo…” “es su libro de teoría. Su propia exploración…en él desarrolla su teoría acerca de qué es el individuo y él dice que el individuo es el Tiempo. Desde su postura, define qué es la realidad”.

En el cuarto, “Heráclito, el Obscuro”, que fuera publicado al finalizar 1997, dos años antes de su muerte y como buen presocrático, en este volumen Matthai dio especial importancia a los conceptos “todo”, “sueño”, “tiempo”, “guerra”. Y con respecto a esta obra, el autor de la novela “A.B.U.R.T.O” dijo:

“Se trata de una de sus obras más importantes. Heráclito no puede ser estudiado actualmente sin que se estudie la forma en que Matthai lo interpretó. Es su libro más extenso... Para Matthai, Heráclito es más profundo que Parménides, lo cual es toda una postura, un desafío a la historia de la filosofía.

“En este libro, Matthai teje toda una nueva interpretación de Heráclito, discutiendo los aciertos y errores de toda la escuela hermenéutica acerca de los presocráticos y Heráclito”.

EL PROYECTO “PENSAR Y SER”

Las obras de Horst Matthai no eran tesis aisladas, sino que pertenecían a un proyecto rector definido, basado en la idea de que los filósofos griegos tradicionales (Sócrates, Platón y Aristóteles) no representaban la cumbre, sino el declive:

“Él creía que el pensamiento griego tenía un momento glorioso con grandes ideas antes de Sócrates”, externó Felipe Lee.

“Supongo que no compartió esa idea de concentrarse en Sócrates, Platón y Aristóteles, siguiendo una idea de Nietzsche, que decía que los griegos empezaron a decaer a partir de Sócrates”.

– ¿Cuál era el interés de Matthai al tratar en sus obras a filósofos presocráticos, cuando tradicionalmente se ha postulado que la cumbre de la filosofía griega fueron Sócrates, Platón y Aristóteles?, preguntó el reportero al autor de “El Matasellos”.

“Sócrates, Platón y Aristóteles son la decadencia. A Occidente le gusta elegir líderes mediocres. Por eso eligió a Sócrates, Platón y Aristóteles como sus líderes filosóficos. Se trata de una afirmación dura. Y cierta. Los griegos eran una cultura en declive. Estamos acostumbrados a considerarlos una cultura joven, infantil, una cultura-origen, pero esta apreciación es inexacta. Los griegos eran una cultura moribunda. Para la época de Sócrates, los griegos ya no sabían algunas cosas que supieron antes, habían caído en una vejez vergonzosa. No tenían ya, consigo, la aceptación de qué es lo real. Habían huido de la verdad, justo como nosotros. Por eso nos fascinan: Somos semejantes. Ellos no son la cumbre. Son su barranco. Y estos tres pensadores lo vivieron de manera espectacular. Crearon imágenes acerca de Grecia que son sublimes, apasionadas. Justamente porque son la noche de Grecia, son la despedida, ellos tres son memorables agónicos. Pero los más sabios sucedieron antes. Ellos tres son los últimos jóvenes, los primeros `viejos´”.

De hecho, la postura heterodoxa de Matthai en tanto al pensamiento presocrático se torna muy profunda. Ideas filosóficas donde el ensayista establece latitudes filosóficas del orbe: “Antes de Matthai, los presocráticos eran considerados, debido a los juicios de Aristóteles, meros precursores, físicos especulativos. Pero Matthai deja claro que los presocráticos tenían una visión del mundo más profunda que sus sucesores. Sus ideas coinciden con la sabiduría oriental y la indígena. Matthai estudió a los presocráticos porque se dio cuenta que ellos coincidían en su metafísica con el conocimiento sagrado prehispánico. Lo griego arcaico coincidía con la `piedra´ mexicana”.

Por su parte, Lee Vera acordó: “Él creía que había ciertas cosas que hicieron los presocráticos en filosofía muy importantes, y que ya después Sócrates, Platón y Aristóteles y los que le siguieron, no continuaron y agarraron otro rumbo. Cuando lo plantean de esa manera quedan en desventaja los presocráticos, pareciera que a ellos les faltó algo, que se olvidaron de algo, esos son los problemas de las interpretaciones de la historia de la filosofía”.

Pero no se trata sólo de ir en contra de la historia. Matthai también argumentaba sus “herejías” basándose en la erosión de la lengua griega:

“Matthai estudiaba mucho los cambios que hubo en el idioma griego. Él tenía una teoría de cómo se fue perdiendo en el idioma una conjugación de los verbos que él llamaba la `Diatesis media´, que la usaban los presocráticos y al usarla les permitía pensar cosas que después esas formas gramaticales ya no se podían pensar”, subrayó el catedrático.

El de Matthai se trataba, entonces, de un proyecto metafísico bien definido: Pensar y Ser.

“Un día se me ocurrió decirle que `Pensar y Ser´ era una obra mental, no era un libro, ni la suma de sus renglones… Le daba risa que su obra fuese, sobre todo, un libro intangible. No era puramente escritura. `Pensar y Ser´ era un libro cerebral, una red conceptual, un `sistema´. Cuando le dije esa palabra, `sistema´, no le gustó demasiado, pues Matthai era un crítico de la máquina.

Una parte de la tesis “Pensar y Ser” quedó inconclusa, ya que Matthai tenía en mente el quinto y sexto volumen: “Abdera” y “Hegel”.

“Matthai dejó cuatro obras publicadas. A su sistema hermenéutico sólo le faltaron estos dos volúmenes, la parte quinta y sexta. `Pensar y Ser´ se trata de cuatro libros sobre filosofía presocrática, dos libros imaginarios y un libro privado, un libro mental: el conocimiento que el lector de los cuatro libros publicados y los dos libros imaginarios produce en cada mente. Eso es `Pensar y Ser´, un libro posible, hecho de libros reales y libros imaginarios. Es una obra, que es `Pensar y es Ser. Sobre todo, pensar”, expuso Yépez.

Entonces, la filosofía postsocrática griega encumbrada por Occidente es puesta de cabeza por Matthai, tal como las teorías de otros filósofos también alemanes, como Nietzsche, Hegel, Heidegger o Dilthey.

“Pero Matthai, además, a final de cuentas, quiso redimir a Occidente, probar que Occidente alguna vez supo tanto como Oriente y las culturas indígenas. La sabiduría occidental está en los presocráticos”, teorizó.

LA INFLUENCIA DE MATTHAI

El pensador teutón influyó directamente en el alumnado de la Licenciatura en Filosofía, obviamente no sobre en qué filosofar, sino en la forma metafísica de hacerlo, e indudablemente definió el rumbo de la filosofía en Humanidades; algunos como Enrique Ochoa y Eduardo Ramírez tomaron otros rumbos, en tanto Yépez y Lee adoptaron la metafísica:

“No fue mi maestro pero influyó mucho en mí, en la manera de hacer filosofía, lo considero mi maestro”, reconoció Felipe Lee Vera.

“Si Matthai no hubiese estado en la UABC, lo más probable es que la Escuela se hubiese hecho de una línea marxista, analítica, tecnocrática, esos eran los destinos para mí que iba a tener Tijuana. Una cosa así como de izquierda marxista o iba a ser muy tecnológica, una filosofía de la técnica”, reflexionó Lee.

De acuerdo con Lee Vera, el enfoque metafísico que imprimió Matthai en la Licenciatura de Filosofía fue determinante porque “le imprimió una fuerza del estudio de la metafísica, que era muy improbable que pasara porque la metafísica ya la ven como algo del pasado, muy abstracto, muy lejano. Su influencia es que abrió la discusión de la filosofía hacia la metafísica, le dio lugar y fuerza a esa rama y formó una generación con afinidad de esa rama de la filosofía”.

– ¿Cuál ha sido la influencia de Matthai en los filósofos actuales?, se le preguntó al autor de “Cuentos para Oír y Huir al Otro Lado”.

“La influencia de Matthai apenas inicia. Creo que he sido el primero en estudiarlo más sistemáticamente, pero ya hay otros que están analizando sus tesis, cuestionándolas, difundiéndolas. Es un legado del instante final del Siglo XX. No dejó influencia directa. No hay discípulos de Matthai… Lo que Matthai dejó fueron varios libros. Muchas ideas suyas. Un método de trabajo. Un ejemplo radical. Me da lástima la gente que va a las universidades y toma clases con profesores que se la pasan hablando del pensamiento de otros, algo tan absurdo como creer que uno tiene sexo porque habla del sexo que tienen otros. Matthai hacía libros. No era un simple hablador. Matthai construía. Los conceptos que utiliza los hizo él mismo. Ese será su influjo en la filosofía: haberle agregado conceptos. Haber retado sus hegemonías”.

– ¿Cuál consideras haya sido la aportación más importante de Matthai a la filosofía?

“Quizá su reinterpretación radical de los presocráticos. O su versión personal de la teoría de los infinitos mundos. O quizá, sencillamente, haber tomado una postura que hace siglos no se tomaba en la filosofía: la vuelta a la metafísica. Todos los filósofos modernos, desde Descartes hasta el propio Heidegger, huyeron de lo metafísico, como sucede hasta la fecha. La antimetafísica es ya un dogma. Los posmodernistas no rompieron con esta premisa, al contrario, la endurecieron. Pero Matthai tiene un concepto original acerca de la metafísica. Este es uno de los términos más gastados. Uno de los más incomprendidos, probablemente el concepto más insultado. Tanto por los medios, donde `metafísica´ significa `ocultismo´ o motivación-personal-New-Age, y, por otro lado, dentro de la filosofía académica, `metafísica´ significa `pasado´, irracionalismo abstracto; precisamente aquello que hay que `superar´ en beneficio de la Razón, en beneficio de la Ciencia, en beneficio del Sentido Común Capitalista. Matthai, en cambio, se autodenominaba un metafísico.

“Desde lo que él denominaba `metafísica´, Matthai buscó probar que cada uno de nosotros es su propio tiempo, que no hay manera de penetrar al otro. Él nunca dijo la palabra `otredad´, pero lo que Matthai pudiera estar afirmando es que la otredad es inviolable. La alcoba no puede ser atravesada. Todo es espejo. Somos un gran camino hacia el punto-de-explosión. Llegaremos a nuestro propio orgasmo de disolución. Un fin y un principio simultáneos”.

Además de las cuatro obras mencionadas con anterioridad, en 2002 la editorial cimarrona publicó “Textos Filosóficos (1989-1999)”, una recopilación de artículos del anarquista alemán. Pero también hay otra no escrita: Aforismos y apotegmas que Yépez recopiló en distintos seminarios y conferencias. A propósito, Yépez subió a la red la recopilación de la oralidad de Horst: http://www.horstmatthai.blogspot.com, tan importante la obra escrita como la oral:

“Es una obra colateral. Comencé a anotar frases que decía. Y eran buenas. Síntesis de su pensamiento. Y fui juntando unas, otras. El libro que Verdehalago publicará pronto, `Los Apotegmas de Matthai´, está compuesto de las pocas anotaciones que mi vida logró reciclar de su oralidad”, destacó.

El catedrático resalta que “como casi nadie entiende realmente filosofía en las universidades, a Matthai lo dejaron en paz. No se dieron cuenta de qué era lo que estaba investigando. Él me decía que su trabajo en la UABC era ideal, porque nadie lo entendía. No lo reconocían debidamente, es cierto. Pero tampoco lo molestaban y, entonces, pudo hacer lo que quiso: infectar a otros de sus ideas y métodos de interpretación; escribir sus libros.

“Ahí (en la UABC) no se han dado cuenta de Matthai. En las prisas de una universidad, no hay forma de detenerse a pensar. En las universidades, pensar es esporádico. Lo más relevante es la burocracia. El papeleo. Las luchas de poder. No hay forma de que en esa dimensión de la realidad haya espacio-tiempo para la profundidad, el peligro”.

No es tan descabellada la frase de Yépez cuando, por último, afirma que “otros, fuera de estas tierras criminales, leerán su pensamiento”.

Hace años se agotaron las ediciones cimarronas. Es difícil (léase imposible) encontrarlas en la propia Universidad, menos en las librerías locales. Es evidente la importancia de la obra de Matthai, sus aportaciones a nivel internacional, o simplemente a la filosofía en sí. Curiosamente, “quién sabe por qué” los editores de la UABC no han reeditado la obra del filósofo fundacional del Noroeste.

Por lo pronto, Editorial Verdehalago de la Ciudad de México espera autorización para su publicación. Y si a la UABC no le interesa, hasta una editorial europea nos venderá lo que aquí se crea.

Origen: http://enriquemendozahernandez.blogspot.com/2006/10/reeditan-obra-de-horst-matthai_23.html

Horst Matthai y la UABC

por Conefi A. C. (22 de marzo de 2007).

"La humanidad no tiene futuro. Pero eso no aminora mi optimismo, al contrario: crea las condiciones necesarias en que el proyecto del hombre puede realizarse"

"El ser humano no necesariamente tiene que caer en la angustia. No es parte de la naturaleza del espíritu sino de una horrible enajenación. Kierkegaard hablaba de un abismo insuperable entre el hombre y Dios... Yo no tengo angustia, porque yo soy Dios y sé que la angustia no es ni existencialmente ni ónticamente necesaria..."

Horst Matthai


Recuerdo de Matthai:

Un día Matthai entró, se sentó en el escritorio. Se veía un poco distríado. Totalmente matthaiesco. Se frotó la barbilla como solía y quiso dar inicio a la clase. Explicó que ahora tendría que pasar lista al principio, porque tenía un compromiso que lo haría salir una hora antes de lo acostumbrado. Se dio cuenta que no tenía pluma. El muchacho de enfrente lo percibió y le extendió cordialmente una pluma. Matthai agradeció, el gesto y le explicó que hoy "daría la clase todavía peor de lo acostumbrado" porque tendría que irse temprano y estar pensando en eso no lo dejaría estar integramente en cada ahora, como deberíamos estar siempre. Se levantó hacia el pizarrón. (Explicaría la diferencia entre ética escrita con epsilon y escrita con eta). No había borrador y el pizarrón estaba hecho un asco con una clase de economía, que se tomaba en ese salón por la mañana. No había borrador. Algo enfadado, volteó hacia los alumnos. La mano extendida del mismo muchacho lo esperaba ofreciéndole un borrador. Matthai lo tomó y borró. Para ese momento todos sabíamos que tampoco había gis y que nuevamente Matthai se daría cuenta de ello. Se dio cuenta y volteó inmediatamente con el muchacho que también esta vez lo esperaba con un gis en la mano. "Bueno —le dijo Matthai— ud. tiene todo". Matthai mejoró de ánimo y dió una excelente clase. Pero llegó la hora en que tenía que irse y entonces por la distracción de la prisa no había devuelto ni la pluma (colocada en el escritorio) ni el gis ni el borrador (que parecía inintencionalmente querer llevarse consigo). El muchacho, sentado en el asiento más próximo al escritorio, preocupado por sus cosas, lo miró. Matthai captó el mensaje. Y le devolvió la pluma, el gis y el borrador. "Ud. todo lo tiene consigo, lo hace emerger, lo da, pero no lo deja escapar y lo vuelva a absorber", le dijo casi con reverencia. Para ese momento, ya casi todos habían salido y en cuanto guardó las cosas, el muchacho también se levantó. Matthai, a pesar de la prisa que decía tener, desde la última frase se había quedado en el escritorio, muy pensativo. Cuando el muchacho terminó de cruzar el umbral, Matthai lo miró por última vez y dijo en voz baja, pero con una reverencia verdaderamente intensa: "Adios, Kronos".

Tomado de http://www.horstmatthai.blogspot.com/

El filósofo Horst Matthai, autor del libro "Pensar y ser" publicado por la UABC y actualmente agotado, fue catedrático de la Facultad de Filosofía de la Universidad Autónoma de Baja California, en donde ayudó en la formación de filósofos como Heriberto Yepez.

La obra de Matthai se distingue por su criticidad, anarquismo y hondo conocimiento del mundo antiguo; su bibliografía puede ser consultada en http://www.horstmatthai.blogspot.com/ página creada por Heriberto Yepez que ahora es catedrático de la UABC y mantiene una continua produccion tanto electronica como en impresos que se puede revisar en http://www.hyepez.blogspot.com/

Actualmente la UABC mantiene una revista electrónica en la que los estudiantes y los maestros publican artículos por demás interesantes http://www.revistaespiral.org/

Origen: http://conefi.blogspot.com/2007/03/hors-matthai-y-la-uabc.html